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miércoles, 28 de octubre de 2009

Movimientos Sociales




Comedor Los Pibes: Organización Social y Política


Cuando se piensa en la combinación: trabajo social+política se puede caer en el lugar común de que tal fórmula es imposible o que seguramente estará viciada por el asistencialismo y la corrupción. Una vez que uno se acerca al Comedor los Pibes, camina el lugar y se sienta a conversar con su gente, se está frente a una realidad diferente, simple pero, tal vez sin querer, sorprendente en la Argentina de hoy.

Este centro comunitario se encuentra en el corazón del colorido e histórico barrio de La Boca. Una vez allí uno se enfrenta con la primera paradoja: el Comedor Los Pibes no es un “comedor” en sentido estricto. El nombre data de1996 cuando pintaron una sábana para identificar el merendero donde se daba la leche los sábados, domingos y feriados (que eran los días que los chicos no tenían el comedor de las escuelas) al piberío del barrio. Así empezó la vida de este grupo desde lo iconográfico, en una sábana a la que luego se le agregó la bandera argentina. En 2001 se incorpora la tacuara, en lo que ellos consideran un salto cualitativo para pelear un modelo de país. Hoy, ocho años después, el emblema que los representa tiene una frase contundente: organización social y política.
La prehistoria del centro comunitario se remonta a principios de los noventa, con la ocupación del predio de la ex Bodegas Giol (Palermo), por entonces una cáscara vacía como resultado del proyecto neoliberal. Hubo una ocupación espontánea y pacífica entre el noventa y el noventa y uno. En ese mismo año comenzaron los primeros conflictos y recibieron cédulas judiciales de desalojo. Surge así la necesidad de organizarse para luchar por una vivienda digna. El grupo proponía un plan de vivienda, necesidad urgente para cientos de familias dispuestas a trabajar por eso y que no pretendían recibir una dádiva del estado. Pero en 1994 un violento mega operativo de desalojo, digno de la búsqueda de un grupo comando de delincuentes peligrosos, expulsa del lugar a ciento noventa y seis familias, de las cuales ochenta se reagruparon en la sede del Servicio de Paz y Justicia hasta que luego algunos recalaron en La Boca.
La historia del comedor Los Pibes siguió al ritmo de los sucesos de nuestro país, así es que en 1995 el problema más acuciante no era la vivienda sino el alimento, con un alto nivel de desocupación y miseria. Rearmaron una nueva herramienta de lucha, esta vez para combatir el hambre. Sin ayuda estatal ni partidaria, la base de la organización era comunitaria, con gente proveniente de la militancia social. Los que se lograron reagrupar quedaron en La Boca y se empezó con la idea del comedor principalmente para los pibes. Comenzaron con una donación de cuatro cajas de leche, excedente de un jardín maternal, y luego consiguieron el cacao y el azúcar. A una semana de iniciar el merendero, se triplicó la cantidad de chicos. Una de las consignas del Comedor Los Pibes es partir de la pelea por lo urgente con la permanente preocupación de no caer en el asistencialismo. De este germen surge y se construye lo que era una deuda pendiente: la cooperativa, esta vez no sólo de vivienda sino también de trabajo.
Todo el peregrinaje que partió en los noventa de una fábrica vacía, los trajo a esta realidad de hoy en que lejos de sentir que están en el punto de llegada, todos los días son un comienzo con fuerzas renovadas. En Suárez al cuatrocientos, donde tienen un lugar ganado luego de muchos años de persistencia, la actividad cotidiana es muy intensa. En la recorrida del lugar de la mano de Lito Borello, coordinador general del Comedor y dirigente social desde sus comienzos, se puede ver cristalizado parte del esfuerzo de gente humilde que, con gran orgullo muestra los logros de hoy. En el edificio que primero alquilaron y del que ahora son propietarios, funciona un taller textil y serigráfico, una panadería y una cocina donde se preparan viandas para dar respuesta a la necesidad de algunos padres que pueden así llevar el alimento a sus casas, sin necesidad de concurrir a un lugar en donde se pierde la reunión en la mesa familiar. También hay una biblioteca popular con una imagen del periodista y escritor Rodolfo Walsh que da la bienvenida a los concurrentes. Y cerca de allí, en Lamadrid y Ministro Brin, la Cooperativa de Vivienda Los Pibes (COVILPI) lleva adelante el tan anhelado proyecto de un hogar digno para treinta y tres familias. En la Casa de Encuentro Martín "Oso" Cisneros con el espacio "Arte para la Transformación " se pretende brindar a los pibes del barrio “una esquina de cultura, de proyectos, de vida”. Esta casa está en el predio lindero a la Cooperativa de Vivienda del centro comunitario, de la cual Martín fuera el primer presidente. Cisneros fue asesinado en su casa de Olavarría al 200, en La Boca, el 25 de junio de 2004, mientras se conmemoraba el segundo aniversario del crimen de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
Con la apretada síntesis de la descripción de los catorce años de vida del Comedor Los Pibes, y tal vez con la dilucidación de la paradoja planteada al comienzo, algunas cosas quedan claras a través de los propios testimonios de la gente del lugar. Se consideran la nueva columna vertebral del movimiento popular, nuevo sujeto que emerge de la política neoliberal, con un “sujeto pueblo” trastocado a partir de entonces. A raíz de esto, muchas organizaciones sociales con su trabajo dan a luz a la corriente “territorial” o “barrial”, con origen en el movimiento villero de los setenta. Lo hacen con proyección nacional y lazos continentales, ya que además forman una red con Bolivia, Venezuela y otros países de Latinoamérica. Apoyan el que ellos llaman nuevo proceso emancipador en América Latina. "En el barrio de La Boca, Me dijeron que escucharon, Que dijeron los que escuchan, Que se ha dicho demasiado", son las estrofas de una canción de Pedro Conde, canta autor popular de La Boca, que resume en parte el sentimiento y la intención del Comedor Los Pibes.