Lidia Casquero nació en Florencio Varela, Buenos Aires, hace casi veintiséis años. Hija única, de “la vejez” de Lidia, ama de casa, y de Raúl, propietario de una empresa de decoración, los dos hijos de familia española. Cuando cursaba la escuela primaria se podía entrever una temprana inclinación hacia la arquitectura, vocación que su papá, de estructura ciertamente conservadora, desalentó de un plumazo ya que consideraba que “esa no era una carrera de mujeres”. Pero por suerte para Lidia, dentro de sus preferencias también estaba la clásica “quiero ser maestra”. Como no tuvo hermanos, y por ser sus primos mucho mayores, su vida de relación y socialización se desarrolló en clubes del barrio y principalmente en el colegio San Juan Bautista, en donde cursó desde jardín de infantes hasta la secundaria. Lidia conocía a todo el mundo y todos la conocían, y así se fue formando su personalidad abierta y sociable.
Persistió su vocación desde la infancia y al terminar la escuela secundaria ya tenía decidido su próximo paso: sería maestra. Entonces comenzó el Profesorado de E.G.B en el instituto Nº 54 y se recibió en 2002. Desde entonces trabajó en distintas escuelas de la zona en el tercer ciclo, y su tarea ha sido ardua pero placentera. Sin embargo, Lidia no se conformó con el Profesorado. Así fue que decidió ingresar en
Educación, comunicación, baile, parecen ser los distintos ropajes que eligió Lidia Casquero para expresarse y darse a conocer en el escenario de la vida.
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